Al morir, el gusano caenorhabditis elegans despide una luz fluorescente azul que se puede captar con microscopio e iluminación ultravioleta. Al parecer, la luz se debe a la liberación de calcio cuando muere la célula intestinal, en una reacción que produce la liberación de ácido antranílico (fluorescente). La muerte de una célula se va transmitiendo a las células vecinas y extendiéndose por el intestino del animal.
Vídeo y noticia completa (en inglés):
http://www.newscientist.com/article/dn23926#.UgMwQZI3ArU
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CTC