Una entrevista con Jeff Foster
Por Femke Wijdekop
Jeff Foster es un maestro de la no-dualidad y autor de The Wonder of Being, An Extraordinary Absence y el próximo The Deepest Acceptance.
Jeff creció como ateo, y estudió astrofísica en la Universidad de Cambridge. En su veinticinco cumpleaños, después de un largo período de depresión y enfermedad, se convirtió en adicto a la idea de "iluminación espiritual" y se embarcó en una búsqueda espiritual intensa de la verdad última de la existencia.
Me reuní con Jeff el verano pasado y, acompañados por un exuberante canto de pájaros, hablamos de su búsqueda espiritual y que un día esta búsqueda terminó abruptamente con su realización de que todo lo que había estado buscando —la felicidad, la iluminación, la unidad— ya estaba allí, disfrazado como una silla muy ordinaria en medio de un momento muy ordinario...
Jeff, a tus veintitantos años te embarcaste en una búsqueda espiritual intensa de la verdad última de la existencia, y un día esa búsqueda espiritual se vino abajo. ¿Podrías decirnos algo acerca de esta experiencia?
Bueno, hace unos años estaba tan deprimido, que era un desastre. Creo que toda mi vida he estado deprimido, de verdad. Ya de niño... sentía siempre que la vida era muy difícil y pesada. Me odiaba tanto a mí mismo. Odiaba la forma en que miraba, odiaba la forma en que sentía, yo sólo quería escapar. Quizás hace cinco o seis años, yo estaba trabajando en Londres. Estaba en un trabajo que odiaba, me encontraba también en una relación que salió totalmente mal, y llegué casi a tocar fondo. Había llegado al punto más bajo de mi vida. Y, al mismo tiempo también estaba realmente muy enfermo. Así que terminé en el hospital.
Y fue en ese momento cuando empecé a hacerme todas estas preguntas, todas estas preguntas básicas muy profundas sobre la vida que nunca me había hecho antes, como ¿Quién soy yo? ¿Cuál es el significado de todo esto? Y ¿qué es la vida? Y también: "¿Qué es la muerte?" Porque en ese momento estaba aterrorizado por la muerte. Me aterraba la vida y me aterraba la muerte. No podía vivir más y tampoco quería morir. Estaba en esta terrible situación.
Así que empecé a hacerme estas preguntas. Toda mi vida había sido un ateo, nunca había estado interesado en nada "espiritual" o religioso durante mi educación. Rechazaba todo lo que fuera espiritual o religioso, toda idea de Dios. Pero justo ahora tenía que encontrar las respuestas y rápidamente comencé la lectura de libros sobre budismo y me encontré con esta idea del "despertar", la "iluminación".
Me di cuenta de que esta era la respuesta: necesitaba convertirme en iluminado. Eso era ahora el objetivo de toda mi vida: convertirme en iluminado. Porque pensé que sería el fin de todos mis problemas – si tan sólo pudiera encontrar esa cosa llamada 'iluminación' de la que todos mis maestros espirituales hablaban, todos mis problemas se acabarían.
Así que me fui de Londres y regresé de nuevo con mis padres y me aislé del resto del mundo durante un año o quizás dos – No me acuerdo mucho de ello, pero estaba desesperadamente buscando la iluminación.
Y leía de todo – leía quizás como un libro al día. Y yo estaba por supuesto completamente obsesionado con llegar a la iluminación. Meditaba durante horas y horas cada día, y hacía yoga y esta práctica y aquella otra. Entonces, ¿qué pasó? (Risas) Estaba agotado, siempre en busca de algo. Ahora me doy cuenta (no me daba cuenta en ese momento) que siempre estaba buscando algo que no estaba aquí. Siempre estaba buscando algo en el futuro, algo que me completara. Buscando una iluminación futura, una 'totalidad' futura o una unidad futura. Básicamente, ahora me doy cuenta realmente lo que estaba haciendo: Estaba escapando de este momento. Eso era lo que estaba haciendo. Estaba huyendo de este momento. Creo que eso era lo que he estado haciendo toda mi vida. Mi búsqueda de la iluminación era realmente sólo una parte de la misma cosa: escapar de lo que realmente está aquí. Nunca veía y apreciaba lo que actualmente estaba aquí, nunca realmente estaba aquí. Siempre estaba tratando de llegar a alguna parte. Pero ahora me doy cuenta de que eso es quizá lo que todo el mundo está haciendo. Terminamos perdiendo el contacto con el milagro de la vida misma, el milagro de la respiración y de los sonidos que están sucediendo, de los pájaros que cantan [los pájaros cantan en este momento - FW] .. ¡gracias! Le había pagado a ese pájaro para que cantara ... (risas)
Así que nos estás diciendo que esta búsqueda, esta lucha fue agotadora. ¿Fue esto el punto de inflexión? ¿El punto de agotamiento?
Creo que sí. No me di cuenta en ese momento. Todo lo que estoy diciendo ahora es una historia que estoy contando después. En ese momento creo que realmente no sabía lo que estaba pasando. Me ha llevado mucho tiempo encontrar las palabras para lo que realmente ocurrió.
Creo que tienes razón. Simplemente llegó a ser agotador – siempre tratando de escapar de ese momento, siempre tratando de llegar a algún lugar o tratando de llegar a ser algo. Ya sea que se trate de tener éxito o de alcanzar la iluminación, de llegar a ser rico o de ser famoso, lo que sea – finalmente se vuelve agotador. Y entonces la cosa es: incluso cuando se obtiene lo que se quiere —que finalmente consigues el éxito o la riqueza, o incluso la iluminación— tienes que aferrarte a ello. ¡Y esto se vuelve aún más agotador!
¿Agarrarte a la iluminación, aferrarte a la iluminación?
Sí, aferrarte a cualquier cosa, en realidad. Me doy cuenta de esto ahora. Aferrarte a cualquier cosa, cualquier idea que tienes de ti mismo – siempre tratando de probarte a ti mismo, tratando de aferrarte a lo que básicamente se conoce como 'ego'. Hablo de ello en términos de tratar de mantener una historia de ti mismo, en lugar de simplemente ser lo que eres en este momento. Siempre tratando de ser algo y aferrarte a una imagen de ti mismo.
Todo llega a ser tan agotador y así es como terminé – totalmente agotado. Estaba tumbado en casa en mi dormitorio. Estaba tumbado en la cama, y era mi habitación de la infancia donde había estado como miles de veces. Era una habitación muy normal y era un día muy normal y yo estaba allí tendido, exhausto. Estaba tan harto de la lucha, y sobre todo la lucha por alcanzar la iluminación. Todos estos conceptos que estaba tratando de resolver – la consciencia y conciencia... quién soy yo... el ser y el no-ser. Y todos los libros y diferentes métodos, todos los diferentes maestros. Cada maestro decía: "esta es la respuesta" y un maestro diferente decía "no, esta es la respuesta" – ¡y había tantas respuestas!
Siempre estaba tratando de averiguar, ¿cuál es la respuesta correcta? ¿Quién sabe realmente? Es decir ¿quién es una autoridad en la vida? Siempre tomaba la palabra de otra persona como una autoridad. Estaba viviendo por las palabras de otra persona, me doy cuenta de eso ahora. Ya fueran las palabras de mi madre o las palabras de mi padre o las palabras de mi maestro espiritual. La autoridad era otra persona.
Eso era lo que estaba haciendo – Estaba siempre comparándome a mí mismo con alguna idea de cómo debería ser. Creo que eso es lo que fue directamente al centro de gran parte de mi sufrimiento: siempre compararme con alguna idea, alguna imagen de lo que debería ser – cómo debería pensar, cómo debería sentirme ahora mismo. Y estas no eran ni siquiera mis imágenes, eran las imágenes de otra persona, las ideas de otra persona. Eran todas de segunda mano. Me di cuenta de que estaba viviendo una vida de segunda mano. Así que todo se volvió tan agotador, y yo estaba acostado en la cama y [en este momento sale el sol, FW] – ¡el sol acaba de salir! Probablemente deberíamos decirlo porque los oyentes probablemente no lo ven (risas).
Y entonces recuerdo que sólo miraba a una silla. Y era una silla común y corriente – no había nada de especial. Y actualmente nada sucedió en realidad. Esta no es la historia de la "Iluminación de Jeff". Porque eso era lo que yo estaba esperando – un momento muy especial, alguna gran experiencia de iluminación. Quiero decir que si has sido un buscador espiritual por bastante tiempo, probablemente has tenido todo tipo de experiencias. Quizás experiencias de gran felicidad, y luego la felicidad pasa. Experiencias de gran alegría, y luego la alegría pasa. Tienes una gran experiencia de iluminación, y eso pasa. Todo siempre pasa. Y tratamos de aferrarnos a la experiencia, tratando de mantenerla.
Así que mi pregunta siempre era: ¿qué es lo que no pasa? ¿Qué es lo que siempre está aquí? Pero siempre trataba de resolverlo intelectualmente. Pero en este momento, en la cama y mirando a la silla, fue tan simple. Me di cuenta realmente lo simple que es la vida. Acababa de darme cuenta de que todo lo que había estado buscando, ya estaba aquí. Esta unidad, esta totalidad, esta sensación de plenitud que siempre había estado buscando, esta unidad ya estaba aquí. Cuando hablamos de la unidad, tenemos una idea de cómo debería ser, o a qué se parece o cómo se siente. En realidad me di cuenta de que sea lo que sea la unidad, no está separada de lo que está apareciendo ahora. La unidad no es algo que está "ahí fuera". No es algo que está más allá de lo que vemos. No es algo que está "más allá" de este mundo, algo que te encuentras un día. No es un estado al que se llega. No es algo que algunas personas tienen y otras no.
Porque así es como pensamos de ella. Siempre pensamos de ella como "yo la tengo y tú no". O "estoy iluminado y tú no". (Risas). Es un juego al que nos gusta jugar: "Yo estoy iluminado y tú no".
Así que ahí fue cuando me di cuenta de que todo eso es sólo un juego que jugamos. Esta unidad en cierto modo es en realidad tan ordinaria. Es tan común que no la vemos y nos pasamos la vida buscándola.
Así que me di cuenta en realidad que no era una silla. Eso es justo lo que me habían enseñado, eso es lo que yo había conocido. Era la unidad, era la consciencia, o lo que quieras... – esta es la cuestión: que no se puede poner en palabras. Incluso llamándola "Unidad", tu mente ya está pensando en ella. Ya la hemos convertido en la "imagen" de la unidad. Pero esto viene antes de todas las imágenes. Era la unidad, sea esto lo que sea, apareciendo como una silla, como algo tan ordinario.
Así que había una sensación de que todo lo que yo había estado buscando, ya estaba aquí, en un nivel más profundo. Pero no era una creencia intelectual, una idea. Era como – "¡Por supuesto! siempre lo he sabido. Cuando era un niño lo sabía". Todos lo sabemos. Pero lo olvidamos. [En este momento un niño llora en el fondo, FW] Crecemos y lo olvidamos. Nos olvidamos de que en realidad el milagro ya está aquí, pero está apareciendo como esta experiencia tan común. Aparece como la silla y como los sonidos que suceden y como el canto de los pájaros y como el latido del corazón. Esta unidad, esta totalidad en realidad lo incluye todo. Nosotros decimos "oh, este momento es tan ordinario" o "sentarse en esta silla es tan común", pero sólo porque lo estamos comparando con nuestra idea de lo que es extraordinario. Sin esa comparación, todo es una maravilla. Antes de las ideas y las palabras y las creencias y las religiones, es realmente una maravilla – la vida es una maravilla.26 de octubre de 2012
(Fotografía por Emily Goodman, emilygoodman.com)
Fuente: The American Book Center, blog
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