Fue a través de la poesía como Neil Hilborn, un hombre con trastorno obsesivo-compulsivo, halló la forma de superar sus problemas con las relaciones amorosas. Neil Hilborn es un estadounidense que vive en Minnesota. En 2011 se graduó en el Macalester College y desde entonces ha estado muy concentrado en el mundo de la poesía y la escritura, siendo parte de varios equipos que entran a concursos sobre poesía. Sufre de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Neil escribió y recitó un poema en un concurso hace unos cuantos meses en donde habla de lo que sintió al enamorarse y lo que pasa ahora que ella se fue. Tiene una riqueza expresiva y explícita de la imitación lingüística o representativa de algunos fenómenos discursivos puestos en palabras, que permiten recrear la situación vivida, el goce manifiesto, desnudado en su más cruda singularidad. Además, es posible apreciar como el amor toca algo de esa posición subjetiva, de esa fibra íntima, que la conmueve quizás.
(Por Sergio C. Zucca)
Traducción al español del poema de Hilborn:
http://poetry.rapgenius.com/Neil-hilborn-ocd-lyricsNeil escribió y recitó un poema en un concurso hace unos cuantos meses en donde habla de lo que sintió al enamorarse y lo que pasa ahora que ella se fue. Tiene una riqueza expresiva y explícita de la imitación lingüística o representativa de algunos fenómenos discursivos puestos en palabras, que permiten recrear la situación vivida, el goce manifiesto, desnudado en su más cruda singularidad. Además, es posible apreciar como el amor toca algo de esa posición subjetiva, de esa fibra íntima, que la conmueve quizás.
(Por Sergio C. Zucca)
Traducción al español del poema de Hilborn:
La primera vez que la vi… Todo en mi cabeza se silenció. Todos los tics, las imágenes constantes, desaparecieron. Cuando tienes trastorno obsesivo compulsivo en realidad no tienes momentos callados. Incluso en la cama estoy pensando: ¿Cerré las puertas? Sí. ¿Me lavé las manos? Sí. ¿Cerré las puertas? Sí. ¿Me lavé las manos? Sí. Pero cuando la vi, la única cosa en la que pude pensar fue en la curva de la horquilla de sus labios. O la pestaña en su mejilla– La pestaña en su mejilla–La pestaña en su mejilla. Sabía que debía hablar con ellaLa invité a salir seis veces en treinta segundos. Ella dijo que sí después de la tercera, pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir haciéndolo. En nuestra primera cita, pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella. Pero le encantó. Le encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces, o 24, o si era miércoles. Le encantaba que me tomaba todo el tiempo caminar hacia casa porque había muchas grietas en la banqueta. Cuando nos mudamos juntos ella dijo que se sentía segura, como si nadie nos fuera a robar porque definitivamente había cerrado la puerta 18 veces. Yo siempre veía su boca cuando hablaba–Cuando hablaba–Cuando hablaba–Cuando hablaba–Cuando hablaba; cuando me dijo que me amaba, su boca se curveaba hacia arriba en los bordes. En la noche ella se acostaba en la cama y me veía apagar todas las luces, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas. Ella cerraba los ojos y se imaginaba que los días y las noches pasaban frente a ella. Algunas mañanas empezaba a besarla para despedirme y ella sólo se iba porque estaba haciéndola llegar tarde al trabajo. Cuando me detenía en las grietas de la banqueta ella seguía caminando. Cuando me decía que me amaba su boca era una línea recta. Me dijo que estaba tomando mucho de su tiempo. La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre. Me dijo que nunca debió dejarme apegarme tanto a ella; que todo esto fue un error, pero… ¡¿Cómo puede ser un error que no tenga que lavarme las manos después de tocarla?! El amor no es un error y me está matando que ella pueda salirse de esto y yo no. No puedo–No puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre pienso en ella.Usualmente cuando me obsesiono con algo veo gérmenes escabulléndose en mi piel. Me veo a mí mismo siendo atropellado por una infinita línea de coches. Y ella fue la primera cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado. Quiero despertar todas las mañanas pensando en la manera en la que agarra el volante. Cómo mueve las manijas de la regadera como si estuviera abriendo una caja fuerte. En cómo sopla las velas–cómo sopla las velas–cómo sopla las velas–cómo sopla las velas–cómo sopla… Ahora sólo pienso en quién más está besándola. No puedo respirar porque él sólo la besa una vez– ¡No le importa si es perfecto! La quiero de regreso tanto que… Dejo la puerta sin cerrar. Dejo las luces prendidas.Poema OCD (Obsessive-Compulsive Disorder) en versión original, aquí:
Vídeo de Neil Hilborn recitando su poema :
http://www.youtube.com/watch?v=8bf2hK94Wx4
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CTC