La American Heart Association ya recomendaba la meditación mindfulness para pacientes cardíacos, debido a su probado efecto beneficioso en los pacientes con enfermedades inflamatorias.
Si la manera en que tu mente piensa, siente y procesa los estímulos se refleja en la química de tu cuerpo y si tu sistema nervioso lee e interpreta el entorno y controla la química corporal, entonces, cambiando tus pensamientos puedes cambiar la química de tu cuerpo, que a su vez influye en tus células.
Bruce Lipton, uno de los investigadores, dice: "nuestra mente ajusta la biología y el comportamiento de nuestro cuerpo a nuestras creencias. Si te dicen que morirás en seis meses y tu mente se lo cree, es muy probable que mueras en seis meses. Esto es el efecto nocebo, el resultado de un pensamiento negativo, que es lo opuesto al efecto placebo, por el que la curación está mediada por el pensamiento positivo".
La neurociencia ha demostrado que el 95% de nuestra vida está controlado no por nuestra mente consciente sino por nuestro inconsciente. Por eso, aunque creamos, con nuestra parte racional, que no nos va a suceder nada, si nuestra mente inconsciente sí lo cree, afectará a nuestra química corporal más de lo que deseamos.
Los sujetos del experimento se sometieron a un período de práctica intensiva de meditación mindfulness. También se observó a un grupo de meditadores experimentados.
Después de 8 horas de meditación, los experimentados tenían rápidos cambios (epigenéticos) en sus genes y en sus moléculas como, por ejemplo, en la actividad de los genes que favorecen la inflamación. Estos genes son las dianas de muchos medicamentos antiinflamatorios y analgésicos.
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CTC