Cada lata de refresco convencional contiene 40 gramos de azúcar, bastante más de los 25 diarios considerados ideales por la Organización Mundial de Salud.
La industria ha respondido con un presupuesto millonario para lavar su imagen.
Dos de los principales fabricantes de bebidas azucaradas a nivel mundial, Coca-Cola y PepsiCo, financiaron en EE UU a 96 organizaciones que tienen un importante papel en la promoción de hábitos saludables y la lucha contra la obesidad o la diabetes, con el fin de limitar las críticas científicas a los refrescos y restar apoyos a las leyes que limitan su consumo.
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