ADVIERTEN SOBRE LOS RIESGOS DE SEGUIR USANDO EL MANUAL DIAGNÓSTICO DSM
Ese catálogo nada inocente
25–07–2013
El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos anunció que abandona la clasificación que determina cientos de patologías mentales con criterios externos y siempre muy acordes a las necesidades de la industria farmacéutica.
La última bomba acaba de estallar días antes de que se lance al mercado el nuevo manual diagnóstico DSM V de la Asociación Americana de Psiquiatría, cuya elaboración estuvo plagada de polémicas. El National Institute of Mental Heath de EEUU abandona la clasificación DSM.
El NIMH (Instituto Nacional de Salud Mental), la agencia de investigación biomédica dependiente del gobierno de EEUU y considerada la mayor proveedora de fondos de investigación en Salud Mental de todo el mundo, ha anunciado que dejará de hacer uso de la clasificación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales por considerarlo carente de validez científica.
No se sometió a control externo, introduce el cambio de la concepción categorial a la dimensional, lo que hace que no haya fronteras definidas entre lo normal y lo patológico,reduciendo además el número de indicadores para la evaluación. Esto aumenta el riesgo de sobrediagnosis, patologizando la vida.
El manual sigue ampliando la lista de trastornos hechos a la medida de la industria farmacéutica. Ya en 1980 se habían añadido 112 nuevos trastornos mentales a la tercera edición del DSM, en la tercera edición revisada (1987) y en la cuarta (1994) aparecieron otros 58 trastornos más.
El 'trastorno de ansiedad social', llamado primero 'fobia social', fue uno de los siete nuevos trastornos de ansiedad creados en 1980. Para la década de 1990 los expertos lo llamaban 'el trastorno del decenio' e insistieron que hasta uno de cada cinco estadounidenses lo padecía.
Isaac Marks (renombrado experto en miedos y pánicos, radicado en Londres, fue quien describió la ansiedad social en los 60) opuso gran resistencia a su inclusión en el DSM III como categoría particular de enfermedad por la lista de comportamientos comunes asociados con ese trastorno. En 1987 se le añade la aversión a hablar en público, lo que lo hace aún más elástico para incluir prácticamente a todo el mundo.
Para 2008, en EEUU casi la mitad de los habitantes se reputan clínicamente enfermos de algún cuadro mental y casi la cuarta parte de la población (67,5 millones) ha tomado antidepresivos. Se prescribían ya entonces 200 millones de recetas anuales para tratar la depresión y la ansiedad.
Los diagnósticos correspondientes al trastorno bipolar aumentaron en 4.000 %. La sobremedicación so se da si no ha habido previamente un sobrediagnóstico.
Uno de los responsables de la llegada del trastorno bipolar a EEUU es el psiquiatra Joseph Biederman, quien lleva años haciendo estudios y dando conferencias sobre el tema. Entre entre 2000 y 2007, Biederman recibió 1,6 millones de dólares procedentes de las farmacéuticas que fabricaron los medicamentos para dicho trastorno, al parecer para dedicarlos a seguir investigando la enfermedad. Hasta los años 90, el trastorno bipolar era una afección desconocida en los niños. Ahora ya es uno de los diagnósticos más frecuentes en psiquiatría infantil, las visitas se han multiplicado por 40 en menos de 10 años, siendo muchos de los 'enfermos' niños de 2 y3 años.
La escandalosa relación de la 'creación' de estas nuevas enfermedades con el negocio de la psiquiatría fue revelada por el estudio realizado por la psicóloga estadounidense Lisa Cosgrove, quien reveló que, de los 170 miembros del grupo de trabajo del DSM (es decir, quienes redactan el manual de psiquiatría de referencia mundial), 95 personas (el 56 por ciento) tenía una o más relaciones financieras con las empresas de la industria farmacéutica.
Es alarmante cómo han logrado psicopatologizar a la infancia. En el último DSM se incluyen hasta las 'rabietas', si son más de tres a la semana durante un año. El gobierno estadounidense sostiene, en base a estos parámetros, que uno de cada cinco niños tiene un trastorno de salud mental.
Estas concepciones también son las que recientemente permitieron que se aprobara en Santa Fe una ley de autismo. El diputado Avelino Lago, a quien se debe el proyecto, manejó cifras que hablan de 32.000 niños con autismo en la provincia.
El TGD o espectro autista (como figura en el DSM V, que amplía aún más su cobertura) se diagnostica (al igual que el TDAH) mediante cuestionario (en este caso, el CHAT) que habitualmente responden los padres, marcando las respuestas según les parece que suceden poco, demasiado o habitualmente. Por lo tanto, en ambos casos, no son los expertos los que diagnostican.
En este caso, los cuestionarios solo sirven para evaluar situaciones poblacionales a grosso modo ya que, además, no permiten hacer ningún diagnóstico diferencial entre una situación circunstancial que hace que un niño se aísle y una problemática más grave y permanente.
Sin embargo, estos cuestionarios se están usando para determinar, ya desde los 18 meses de edad, que el niño tiene una enfermedad incurable que solo puede ser tratada sintomáticamente, lo que, obviamente, lo dejará gravemente marcado para el resto de su vida.
Es por todo esto que consideramos imprescindible pronunciarnos en contra del uso del DSM como posición ética a ser asumida por todas las instituciones que tienen a su cargo las decisiones políticas respecto a la Salud Mental de la población.
Enlace original en español [solo he corregido algunos defectos de traducción]:
La proclama original del propio NIMH está aquí: