En el ambicioso y global Virtual Chorus, miles de solistas originarios de más de cien países, sin moverse de sus casas, unen sus voces a la tecnología digital para interpretar una composición del músico.
Diseñadores polacos crean una joya que proyecta sobre la piel desde el escote y se controla desde el teléfono. No sabemos si es muy sano a largo plazo, pero sí es una idea curiosa.